Los billetes, una herramienta que utilizamos en nuestra vida diaria y que cuenta con muchos propósitos: pagar distintos servicios, tomar un café o para ahorrar. Seguro conoces los billetes y su uso más común, pero aquí te contaremos su historia y alguno de sus usos más conocidos.
La historia del billete se remonta al siglo VIII, año 812 D.C. y tiene su nacimiento en China para la que en su momento tenía desabastecimiento de cobre, metal con el cual fueron acuñadas las monedas. Estos primeros billetes fueron recibidos como depósito de las mismas.
Su uso no tuvo mucha fama en su primer debut, pero eso cambiaría un siglo después, cuando se implementaron más papel moneda, por el simple hecho de ser más cómodos de llevar que las monedas metálicas, aunque no tenían valor real, sino que más bien era una certificación que te dejaba recibir monedas.
Dichos billetes eran emitidos por familias prominentes que actuaban como garantes. Por esto y la facilidad con la cual se podía estafar con este método, en el siglo IX el estado empezó a regular su uso. Estos “cheque” o papel moneda se fabricaban con una lámina negra hecha a partir de la corteza del moral.
Marco Polo fue el primero en correr la voz y traer al mundo tan magnífico invento entre 1254 y 1324, a Marco Polo le fascinó tanto el descubrimiento de esta forma de pagar, que dedicó un capítulo entero de su Libro “El Millón” o “Las Maravillas del Mundo” a hablar de los billetes, describiendo cómo solo un pedazo de papel tenía tanto poder sobre algo, o sobre personas en muchos casos.
Marco Polo corrió la voz y en el año 1250, el Rey Jaime De Aragón emitió un decreto para la emisión del que sería el primer billete en Europa del que se tiene registro, su valor dependía de los tesoros que tuviera el reino en ese momento.
Fue el primer Banco de Europa que emitió billetes como recibo de las monedas que tenían en sus instalaciones, por idea de su Fundador Johan Palmstruch, para aquella época donde el Pueblo sueco quería recuperar sus monedas porque el Estado empezó a emitir unas monedas más ligeras y menos cobre, las más grandes y viejas cobraron más valor. Para calmarlos, Palmstruch empezó a emitir certificados de depósito donde tranquilizaban y aseguraban al cliente de retirar sus monedas cuando quisieran.
Con este nuevo sistema, el Banco no necesitaba tener dinero depositado para hacer préstamos, ya que los nuevos certificados servían para comprar cualquier cosa.
Así, los billetes no están respaldados por depósitos sino en la confianza de que la entidad entregará el valor del billete en monedas si es pedido. Pero los primeros billetes bancarios de Europa no terminaron bien, porque Palmstruch encontró el mismo problema que el Estado Chino, sobre emisión de billetes por encima de la garantía necesaria, llevó a la devaluación que a su vez condujo a una crisis de confianza y a la quiebra de la entidad.
Aparece en 1780 en el Reinado de Carlos III y se populariza rápidamente debido al poco peso, la comodidad y facilidad para transportarlo, era una forma de evitar ser robados en las caravanas del momento.
Hasta 1868 que el gobierno Español establece la peseta como unidad básica del sistema monetario español, que duró 130 años con los españoles. Las primeras monedas se acuñaron en 1869, hasta cuando dejó de acuñarse en 2001 pasó por muchas caras, cambios, aleaciones, tamaños, metales, motivos de anverso y reverso.
El primer billete denominado peseta se emitió el 1 de julio de 1874, el mismo momento en el que se le concede exclusividad al Banco de España para la emisión de billetes.
Y el 1 de enero de 2002 entraron monedas y billetes euro en circulación junto con las pesetas, para que el 28 de febrero del mismo año el euro pasará a ser la única moneda de curso legal.
En el siglo XVIII llega la verdadera popularización del papel moneda, ya que los bancos centrales empezarían a usarlo en lugar de solo las entidades privadas, sin embargo, seguía existiendo el miedo a la sobreemision de billetes, que causaría una grave inflación y desorden a la economía mundial. Por esto se crea el “Patron Oro Internacional” que servía como supervisor y controlador de tentaciones de los países de emitir más monedas de la que debería.
Esto permitía que los gobiernos y entidades autorizadas solo pudieran poner en circulación papel moneda proporcional a sus reservas de minerales preciosos. A principios del siglo XX, casi todos los países lo habían aceptado. Al patrón del oro le siguió el patrón del dólar que se aprobó en 1941, indicaba que 1 onza de oro equivalía a 35 dólares americanos y en 1971 el Presidente Nixon lo anuló y se puso en marcha el actual sistema fiduciario.
Aceptado en todos los lugares: aunque ya es más normal pagar con tarjeta un pan o café, todavía hay sitios donde tienes que superar un margen para poder realizar la compra con esta.
Rapidez: Otro punto a favor del efectivo, que ya ha cambiado mucho con la tarjeta, es que sigue necesitando menos protocolos a la hora de un pago, ya que con la tarjeta puede pedir pin y en algunos países hasta identificación para usarse.
Ayuda a ahorrar: El impacto psicológico del dinero en efectivo en el ser humano es impresionante, porque es real, físico, podemos verlo y sentirlo. Con las tarjetas de débito y crédito pasa algo que nos cambia la manera de ver el dinero, y nos distorsiona en lo que podemos gastar y no.
No puedes gastar más de lo que tienes: Como mencionamos previamente, el dinero en efectivo es muy útil para controlar gastos, ya que, si no llevas dinero suficiente para hacer una compra, no la podrás realizar. Este tipo de situaciones hace replantear el consumo que se realiza, llevar un presupuesto bajo control y gastar lo que está dentro de lo presupuestado.
Inseguridad: Resulta inseguro porque si vamos por la calle con monedas y billetes nos podemos poner paranoicos con perderlos o que nos lo roben, ahora bien, aunque andar con tarjetas no reduce el riesgo de perder la cartera o que nos roben, tienen facilidades que el dinero en efectivo no, como la cancelación de éstas en caso de extravío o robo. También existe el reembolso a la misma si se ve actividad sospechosa y es comprobable el fraude.
Incomodidad: Ciertas compras no las hacemos en efectivo por lo pesado que sería, por ejemplo, ¿te imaginas pagar el alquiler de tu vivienda o un billete de avión en efectivo? Lo práctico de las tarjetas de débito y crédito hace que sean la opción número uno para muchas personas cuando tienen que hacer sus compras, y otra de su gran desventaja es que no se puede pagar en efectivo por internet, disminuyendo el atractivo hacia el efectivo aún más.
No genera: El dinero ahorrado en efectivo aparte de las probabilidades de robo que tiene y que los seguros solo cubren una cantidad baja, no genera ningún beneficio más que tenerlo ahí, ya que el dinero no genera intereses, como otros bienes. Debido a la inflación el dinero va perdiendo valor con el paso de los años, además aunque guardar el dinero en casa es una práctica legal, puede generar problemas fiscales.
Es bueno saber el origen de las cosas y por eso en Cresory les contamos de donde vienen los billetes, ahora ya puedes ver nuestro post de cómo crear tu propio papel moneda.
Los billetes o papel moneda se crearon para facilitarnos la vida diaria, para completar transacciones, ventas y movilización de capital de manera más segura y efectiva. Y si te interesan este tipo de temas no olvides leer nuestros posts, seguro te sorprenden.